jueves, julio 26, 2007

Dogma 07

El mundo del arte sigue sosteniendo el paradigma romántico-burgués del autor iluminado y el talento divino.
El enunciado “No hay obras, sólo hay autores” acuñado por los cineastas franceses de la modernidad, es una pobre y mezquina expresión del individualismo neoliberal.
La realidad actual de los medios apunta en otra dirección. Apunta en la dirección de un “arte desinteresado”, en el que todos somos artistas, y todos somos dueños de las herramientas de expresión. (Ver “Hacia un Cine Imperfecto”, Espinosa)
La manifestación más clara es Youtube, los blogs y los fotologs, aguerridos bastiones de la expresión anónima, ayuna de autores identificables y, por consiguiente, endiosables.
La última etapa de la modernidad trasladó el aura de la obra de arte al autor.
Basta de autores.
Basta de individualismo.
Basta de darle la espalda a las modalidades expresivas de nuestro tiempo, y a su epistemología particular.
Basta de libros, cuadros, cines y CDs. Son todos soportes físicos innecesarios cuya única función es portar el nombre de su autor. El autor, en definitiva, es una marca.
Vamos hacia un arte imperfecto, desinteresado y, sobre todo, anónimo. Ese es el camino de la expresión de nuestro tiempo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quisiera agregar una de esas afirmaciones "¿no es re-loco?" a tu brillante reflexión.
¿no es re loco que toda esta revolución cultural y artística a la que hacés referencia está totalmente soportada y se debe en gran parte a la tecnología del software y a la www? Y es re-loco porque, hasta donde yo sé, es en el ambiente del software donde la libertad llegó a su máxima expresión primero, con todo el tema del software libre y la idea de que los proyectos GNU los dirige alguien pero contribuye todo el mundo. Así, tanto la autoría como los defectos se diluyen en un mar de contribuciones anónimas puntuales que robustecen la genialidad del producto final, (¿como le está pasando a este blog? jejeje).

Otra cosa que me llama a pensar tu reflexión es el gran contraste de este fenómeno cultural con otras expresiones como la televisión y las discográficas. En general, las fuerzas tradicionalistas sobre-reaccionan a la infrenable tendencia a lo anónimo, haciendo cosas como subir los precios de los cds, y otras cosas ridículas con las marcas y todo lo que tiene copyright. En el caso de la televisión, se vive una total exageración a la importancia de ser famoso, que a su vez se alimenta del hecho de que cada vez son más ridículos los¨"méritos" necesarios para ser famoso. Cuando mi viejo era chico, para ser famoso había que ganar un nobel, o algo así. Hoy la tele reacciona al arte anónimo excacerbando la importancia que se le dá al hecho de ser famoso. Hoy los programas son reálitis para fabricar famosos aalgunos (de todos los que quieren ser famosos, sin mérito alguno), y el resto de los programas son de chimentos sobre estos famosos.

Lo mismo pasa en todos lados donde se gana plata del derecho de autor o del hecho de ser conocido (que es comoun copyright de la cara, basado en la nada, en la costumbre y en lo artificial).

Por eso, sumémosnos a la campaña:

Arte (y ciencia) GNU para todos,

Ano-nimo

atomÖ dijo...

jajaja! Arte GNU, me re cabió!

No nos olvidemos de la raíz de todo esto: mantener el paradigma fukncapitalista. No por nada la idea de autor nació en la misma era que Adam Smith.
Se sabe que en la época de DaVinci las obras salían de talleres, y nunca se sabía bien quén las había hecho. Y tampoco era algo que les preocupara. Ni siquiera existía la idea de plagio. Tomar una obra existente y recrearla era un hábito común entre los pintores de esa época.

Si la pensás un poco en profundidad el concepto de propiedad intelectual es medio bizarrito.

Rubia Lulú dijo...

Entiendo menos del tema que usted de cómo concursar en "garchando por un sueño".
Así que no digo nada.