sábado, febrero 24, 2007

Algunas etapas de la vida requieren un llamado al silencio. Pero el silencio de aquí es el quilombo ensordecedor de allí.
Cuando no hablo con mi boca grito con mi cabeza.
Cuando no golpeo con mi puño pongo bombas con mi alma.
Ya volverán las palabras de mierda. Las palabras con mal olor, con olor a miembro amputado. Ya volverán, aunque a nadie le importe.