lunes, marzo 28, 2005

sobre la angustia y el mesenyer

Resulta que yo no sabía que en el mesenyer cuando vos eliminas un contacto además tenés que poner que no te vea en línea, porque sino te siguen viendo cuando te conectas.
Allá por abril del 2004 yo había eliminado a mi ex novia. Porque no me daba la cabeza para tener ese nombrecito ahí, trayendo el pasado todo el tiempo. Pero hoy, redepente, cual fantasma inesperado y sigiloso, me saludó. Y fue un bajón darme cuenta de que no estoy tanto mejor con respecto a ella que en abril del 2004. Antes de bell la gente seguro era mas feliz. Posta que desde que uso el mesenyer soy más propenso a la angustia.

...

Es así tener 25 años? Es así? Se trata de ir estando cada vez mas solo y cada vez mas rodeado de gente? Se trata de abandonar esa inclinación a la empatía que uno tenia de adolescente? Por que antes podía ser amigo de cualquiera y ahora ya no?. Por que antes me podía enamorar de cualquier chica y ahora me cuesta tanto?. Antes bastaba cruzar tres palabras interesantes y un par de tragos de cerveza y ya tenia un amigo nuevo. O será esta era que vivimos que me esteriliza socialmente? Hablo todo el día con gente. Con mi jefe, con los clientes, con el portero del trabajo, con la mina del supermercadito, pero llego a mi casa con unas ganas de charlar. Por eso agarro y escribo un blog que nadie lee. La verdad, la comunicación, una cagada.

domingo, marzo 27, 2005

A la misma hora, por el mismo canal

Otra vuelta fui un objeto sexual. Era una colorada abogada. Mala mala onda. Cero mimo, puro negocio. Llegó un punto en que cada mimo de ella se sentía como un billete de 10 pesos, en pago por mis servicios.
Yo no pedía mucho. No pretendía mucho. No soy pegote. Pero ella, cuando terminábamos de coger, me pedía que le tirara un colchoncito para poder dormirse.
Y yo soñé una vez que dormíamos abrazados. Pobre boludo, le regalé un sueño a ese cubito de hielo.
Pero la experiencia con esta colorada tiene consecuencias jodidas. Mas que nada en contraste con la Pacha. Cuando corté con la colorada llore bastante, pero el dolor se fue rapido, y cuando corte con la Pacha lloré poquito, pero todavía me duele. En el caso de la colorada el corte vino de ella, a la pacha la corté yo. Que mierda me pasa? Las que me tratan mal me gustan y las que me quieren no? La pacha es perfecta para mí. No entiendo porqué no puedo con ella. pero no puedo. No puedo con nada que sea todos los días a la misma hora.

jueves, marzo 24, 2005

No me va a ir bien en esto del cine salvo que me refugie en un perfil de director loquibambio y excéntrico. Es todo muy careta. El otro día en el incaa estaban todos los productores vendiendo y comprando, vistiendo piercings los jóvenes y elegante sport los consagrados. Todos con esa cruzadita de piernas parecida a la de charly garcia, con sus carpetas de producción en la mano y pitando luky entre trago y trago del agüita mineral.
Todos sonriendo por plata. Todos agitando manos ajenas con intenciones espurias.
Pongámonos de acuerdo. Si es una reunión de negocios hagamos negocios. No perdamos tiempo sonriendo. Si quieren después nos vamos por ahí a caretear, que a veces hasta es divertido.
Por ahí sentadas estaban dos compañeras de la carrera, con una triste carpetita fotocopiada, y yo elegí tener la certeza de que su proyecto era el mejor de la sala. A veces soy medio pelotudo y caigo en ese tipo de prejuicios. El chiquitito me copa. Pero tampoco es tan así.
Bueno. Decía que no me queda otra. Tengo que abandonar esta confianza en mi talento a prueba de todo. No me va a alcanzar con eso. Es mas, tal vez en un lugar como ese sea lo menos importante.

miércoles, marzo 23, 2005

La pacha

La Pacha lo tenía todo. Era buena, divertida, con su cuota justa de vulgaridad y su sofisticación natural, producto del tono con el que miraba. Era una de las pocas personas que me bancaba hablando mis pelotudeces sin aburrirse. Y que ademas las hacia propias y después las andaba diciendo por ahí con esa voz irritante y seductora. Era una mujer sensible y laburadora, con su locutorio al hombro y sus jornadas de 14 hs sin parar. Y sobre todo sabía ganarse ese apodo que le puse - pacha mama - con su abundancia. Con esos pechos grandes grandes y perfectos, y esos brazos lindos de trabajo duro, esos rulos fuertes fértiles, y esos piecitos. Esos piecitos que se movían por entre los pedales del auto, tan pequeñitos y hermosos. Como me gustaba mirarla manejar. Sus piecitos pequeñitos me hipnotizaban.
Pero un día vino medio triste y me dijo: “no me gusta que pasen tres días y no me llames ni me mandes un mail.” Y no pude volver a respirar hasta que no se fue de mi vida. Te quiero Pacha. Y te extraño mucho. Y tu corazón no fue el único rotito.

martes, marzo 22, 2005

pero que las hay, las hay.

Soy como un místico del psicoanálisis. Realmente me parece una disciplina muy poco científica. Tampoco se si aspira a serlo, pero conociendo mi positivista cabecita me asombra la actitud mística que tengo frente a esa horita de diván.
Y hay pruebas innegables de que es la posta, mucho más creíbles que un video de un ovni o una vieja estigmatizada.
La guacha venía arrastrándome por el fango jodido. Y yo ya no aguantaba más mis arranques de contacto compulsivo. Onda de llamarla 12 veces por día y ella quemada por este chabon que de ser su amor paso a ser un loquito obsesionado con ella. Hecho mierda estaba. Y fue solo cosa de ir con Laura, la voz detrás de mi diván, para que me regalara esa frase que resulto ser un mandala en mi cicatrizacion. Yo venia haciendo una descripción verborrágica de cada síntoma, de cada llamada o intento de contacto y de repente Laura me interrumpe y clava con inflexiones de locutora: - “pero ella no te quiere mas, no te elige mas como hombre” – el silencio fue larguito después de semejante verdad. Después de semejante obviedad. Generalmente las grandes verdades son, ante todo, obviedades. Y me la mandó a guardar así. Y yo que encima venia medio descreído me tuve que meter mi violín racional en bolsa y abrazar uno de mis pocos actos de fe en esta vida. Si señores, soy un místico del psicoanálisis, creo ciegamente en esa cháchara que explica todo sin explicar nada y que llena la boca de tanto salame pechito de paloma.

lunes, marzo 21, 2005

ESTO

Bueno, para inaugurar mi blog les regalo una cosa que escribí hace un par de años. que lo disfruten.

"ESTO"

"Esto yace en el piso. Yace hace mucho. No lo escucho. No emite sonido. Es carne sin sonido. Es fragmento sin cortes. Yace en el piso sin sonido y sin cortes, pero es fragmento.
Redondez. Esa es la palabra buscada. Yace en el piso, sin cortes, y sin sonido, pero presenta cierta redondez en algunos fragmentos. Y en cada redondez aparecen dibujadas formas de color rosado. Lustrosas, tenebrosas, sensuales. Como glandes informes, como pezones fuera de lugar.
Pero Esto yace en el piso. Quieto. Muerto. Es decir que estuvo vivo alguna vez. Es de esa materia inanimada, más inanimada que la inanimada. Es materia animada privada de su animación. No entiendo que hago acá.
Esto luce como un conjunto de salchichones. Como una pila de recortes de carne, todos iguales.
Sigue muerto. No hay forma de dejar de estar muerto, fisiológicamente hablando. Hay otras formas de dejar de estar muerto, pero mencionarlas seria caer en figuras poéticas que nos alejan de nuestro objeto de interés, es decir de nuestra pila de recortes de carne. Además seria dotar de extremidades a un texto con redondeces rosadas. No entiendo que hago acá.
Al lado de Esto está la mesa. Es metálica y todavía evapora esa mezcla de sudor, orín y mierda. La mesa está tibia. Lo siento en las yemas de mis dedos. Veo una lámina de piel quemada que ha quedado pegada en la mesa. Pero no pertenece a Esto. Esto tiene toda su piel. No es la piel lo que le han mutilado a Esto. Esa piel es de otro, del anterior.
Esto permanece muerto hasta que tose y deja de estarlo. Esto tose otra vez, suena a muchacho joven. Esto se percata de mi presencia y gime. Gime como un animal, como una cosa. Una cosa que gime. Un conjunto de salchichones que gime. Ahora entiendo que hago acá.
Y vuelve a mí este sentimiento conocido. Este asco profundo, que limita con el terror. Terror y asco aparecen en lugares similares, cerca de la boca del estómago. En todo caso estamos de acuerdo con que son sensaciones gástricas, expresiones físicas de la angustia intestina.
Se me retuercen las tripas, se me aprietan los dientes y se me tapan las salidas. Todo lo que sale del cuerpo humano es asqueroso. No voy a vomitar. En su lugar aprieto los dientes. Y el asco y el terror apresuran mis acciones. Esto gime otra vez reavivando mi deseo, mi antideseo. No deseo esto, pero Esto me apura con sus gemidos.
Doy tres pasos. Uno, dos, esto gime otra vez, tres, PUM!. El disparo le atraviesa la calva en medio del gemido.
Por fin puedo abandonar este olor a carne quemada, esta temperatura de picana encendida.
Por fin puedo abandonar esta asquerosa habitación.
Me voy a tomar un café."