viernes, septiembre 29, 2006

Frente y Contrafrente.

Queda en Mendoza y Arribeños, a pasitos de la cuadra china. Porque, digamos la verdad, una cuadra no hace un barrio.
Desde afuera es como un paralepípedo pixelado. Es como si cada uno de sus balcones franceses fuera el resultado de una merma en el nivel de detalle de la imagen.
Ya que estamos, balcón francés, vaya eufemismo. Ese intermedio entre ventana y balcón ha sido deliberadamente clasificado bajo la categoría balcón por algún astuto inmobiliario, pero es una ventana, vamos.
En fin.
Este paralelpípedo pixelado tiene 9 pisos. Nueve pisos de pura arquitectura prehiperinflación. Un asco. Diseño conformista por excelencia. ¿Para qué si así estamos bárbaro?
Y, como todos estos edificios conformistas, éste tiene un frente y un contrafrente.
La línea que divide los departamentos "A", "B" y "C", de los "D", "E" y "F", es un pasillo que más que pasillo es una zona de fuego. El aburrido arquitecto alfonsinista no pensó en hacer un ascensor para cada ala. Error. Para todos los vecinos es un error de diseño. Yo creo que es el único acierto.
Los vecinos recorren este pasillo como quien camina por un campo minado, a la espera de recibir alguna agresión.
Algo parecido sucede con las avenidas o calles que separan un partido del conurbano de otro. La avenida Constituyentes, que separa Vicente López de San martín, por ejemplo, es tierra de nadie. Ni hablar de la zona sur y de lo que pasa por Monte Chingolo al fondo, donde Lanús se transforma abruptamente en Lomas. Verdaderos culos del mundo. Culos de la ciudad que ya de por si supura suficientes sustancias desagradables.
Este pasillo es así. Es el culo del edificio. Y la gente del edificio lo siente.
Los del frente son todos profesionales, muchos han votado a Macri, algunos leen Infobae y otros La Nación, y sólo una minoría ha ido a la marcha de Blumberg.
Los del contrafrente conforman una demografía un poco más heterogénea.
Hay uno, el comerciante del 5to "E", que fue a la marcha de Blumberg.
Algunos de este contrafrente saben como aplacar la culpa de clase. Muchos de ellos tienen una esperanza en este gobierno. Algunos escuchan música Rioplatense y toman en mate grandote, emulando torpemente el estilo uruguayo con su virtuosa dosificación de yerba seca.
Todos, pero todos los del contrafrente, han caceroleado en su momento. Todos los del contrafrente han confiado en las bondades de las asambleas, pero ninguno ha asistido a una.
Juan sale al pasillo tímidamente. La puerta se cierra y su madre, Susana, lo espía desde la mirilla que se encuentra debajo de la "B". Obviamente, Juan va a la facultad.
Carolina sale acomodando su corpiño. El pañuelo en la cabeza, acomodado a modo de vincha, le tapa ese pelo que debe lavar. En su puerta, como si se tratara de una denuncia de toda esta situación, la letra "F" ya no está. Si, se cayó por accidente, pero no volver a ponerla es una crítica inconsciente a la dicotomía de este edificio. Y sale porque necesita, así, escrito con marcador, detergente, 1 k pan, 4 manzana roja, 1 coca light, 1 puré chef, 1 leche.
Ambos coinciden en el ascensor. El hecho de vivir en el 9no garantiza un largo viaje.
Ella entra después y él, muy caballero, como papá le enseñó tantas veces que ya le rompe las pelotas, le cierra la puerta.
Él acomoda cosas en su portafolios. Ella mira su pelo en el espejo hasta que se miran.
Se miran y saben que tienen adentro el mismo sentimiento, el mismo relleno de dulce de leche.
Y bueno, se ve que de algún modo alguien lo nota y, repentinamente, el ascensor se detiene y luego arranca para arriba.
Arriba, en la terraza, al lado de los mecanismos del ascensor, hay reunión de consorcio. Todos los vecinos se encuentran reunidos y han llegado a un acuerdo.
Cuando el ascensor llega al noveno, el portero, pobre Antonio, toma la gran tenaza, mira a los vecinos como buscando confirmación, y corta el cable.
Los padres de ambos jóvenes no se inmutan. No lloran por sus hijos ni emiten queja alguna. Saben bien que esas cosas no se hacen en este edificio. Reglas implícitas de convivencia. Aceptan, sin resignación y con mucho orgullo, toda la destrucción que genera ese pasillo.
Frente y contrafrente. Es así. Si no preguntale a los Capuleto.

miércoles, septiembre 27, 2006

String quartet tribute to Coldplay.

Perfect garching music.

martes, septiembre 26, 2006

Qué diablos.

Me contagiaron de otro blog. Volvieron los comments.
Igual prometo no leerlos.

jueves, septiembre 21, 2006

Pensaba borrar o modificar el post anterior. Pero no. La verdad que no lo voy a hacer. No me conviene. Si lo hago me voy a olvidar de esa idea tosca, cruda y mala, pero idea al fin. Esa idea que si te la cuento te parece una cagada, pero estoy seguro, segurísimo, de que soy el primero en tenerla en este mundo: Una travesti comiendo merengue y un machista negador y violento, de esos que dicen que el puto es el que la recibe, pero no el que la da. La posta está en el merengue.
Es re creativo el texto, aunque sea una mierda.

Amaneradamente extiende el exedente de merenge. - Queres merengucho, papi?- . No quiero ni merengucho, ni dolor de cabeza ni trava barbudo coqueteándome. NO quiero nada. Mucho menos quiero saber cómo llegué hasta acá. Y menos que menos quiero escuchar el ridículo, porque seguro que es muy ridículo, argumento de cómo llegó el merengue con dulce de leche a manos del traba este desagradable.
Por mi parte voy a hacer como que nací hoy. La sospecha del ayer que desembocó en este hoy me resulta tan desagradable que voy a hacer como si no hubiese vivido ni un día antes de este.
Como no tengo pasado y no tengo una infancia ni una familia ni una moral heredada lo primero que voy a hacer es cagar a trompadas al traba, así, con merengue y todo. Le pego y le sigo pegando y lo voy machucando desprolijamente hasta que el traba este es una especie de mancha violeta y roja que sobresale del piso.
Ahora tengo como una hora y media de vida. Mi única historia es la golpiza al traba. Linda experiencia de recién nacido.
Queda el merengue. Tengo hambre y me lo como.
Me como el merengue aunque tenga pedazos de carne del traba y sangre también del traba desagradable. Tiene gusto a mierda. El traba se cagó mientras lo cagaba a palos.
Comí.

Es la primera vez que me pasa.
De repente amo a todo el mundo.
Vivo en esta primavera una suerte de paroxismo hippie que no puedo controlar.
Estoy comrobándolo, la primavera me pega re bien!
Fix me a fix of springtime!

LA primavera es al verano lo que el viernes al sábado.

miércoles, septiembre 20, 2006

El universo a mis pies. La vida en la boca desprendiendo sus jugos como un delicioso gajo de mandarina madura.
El verano se avecina, la primavera lo anuncia, los brazos desnudos saludan al mundo, las pantorrillas desnudas se preparan para largas caminatas veraniegas.
El sol de Barracas comienza a cambiar, su color es de completa alegría. Es esa luz sin ángulos, sin rebotes, que pega en el asfalto prometiendo noches de perfecta cervecita.
Felíz primavera. Feliz mejor momento del año.

domingo, septiembre 10, 2006

Dice su padre que un solo traidor puede con mil valientes.


La voz se corresponde totalmente con ese ceño infinitamente fruncido.

viernes, septiembre 01, 2006

El moco baja desde la nariz por los conductos interiores y se desliza, luego, por la garganta. Allí se encuentra con el reflejo de tragar, y recibe un empujón hacia abajo, hacia su destino final, el estomago.
Seguro que nunca leyeron la descripción de un resfriado tan desde adentro.