basta de este lento suicidio.

Muchas veces pasé días sin fumar y estuvo todo bien. Pero fue cuestión de tomar la decisión de dejar para que este fakin síndrome de abstinencia se apoderara de mí. Recién voy un día y ya estoy que me quiero fumar hasta la almohada.
Hoy no fumé ni un pucho.
En un momento pasé por el quiosquito de la estación, ese en el que venden los Philip sueltos. En ningún lado venden Philip sueltos. Los sueltos suelen ser Le Mans, Derbi o Peores. A lo sumo lo mejorcito que se encuentra es un Viceroy. Pero el buena onda del quiosquito este accedió a venderme Philip desde el día en el que le desprecié un Ritchmond(no da fumar papel madera).
Pero bueno, pasé por el quiosco de la estación y casi sucumbo a la tentación. Uno solito- pensaba y me autoengañaba. Pero logré pasar de largo. Y la sensación fue muy buena. Parecida a la que me da cuando como pescado. Siento que mi cuerpo y yo somos amigos de nuevo.
Pero bueno. La cosa es que esta vez voy a dejar el puchi. Soy realmente un pelotudo. Chispita me lo dijo el otro día, y tiene razón. Varias veces me pasó de pegarme un saque de puff para poder disfrutar del pucho que se venía. Asma y pucho no son cosas compatibles. Tendré que vivir así, sabiendo que uno de los placeres mas grandes que este mundo nos ofrece me está vedado. Chau pucho y, espero, chau asma. Quiero acabar con eso. Quiero dominarlo. quiero hacer un tratamiento para poder abandonar ese pequeño yunquecito que llevo siempre en el bolsillo. Ese, el de ruidito simpático, el que suena tipo "puff".