Por un lado odio la impuntualidad.
Por otro lado odio tener que "hacer tiempo".
Pero cuando las dos cosas se combinan me enveneno re jodido.

Ultimamente noto que la gente de mi edad la tiene muy clara. Entonces: o yo soy medio lelo, o todos estan muy infladitos. Sea como sea me dan ganas de pegar un par de trompadas.

Acabo de entender algo muy importante. Ese vacío que siento cuando me despido de ella no tiene nada que ver con ella. Tiene que ver ni más ni menos que con mi incapacidad para mantener mis mundos en armonía. No puede ser. Desde que estoy con ella no lo veo al Negrito, gran amigo del corazón. No puede ser el abandono en el que dejé a Levousky, gran amigo del cerebro. Es que ella moldea nuestro tiempo de un modo en el que las alternativas son escasas. Si o si nos vemos en fin de semana. Nunca en la semana. Necesito un sábado para ellos, para mis queridos hermanos. Me parece que el Negrito me esta agarrando un poquito de resentimiento. No quiero que pase eso. Lo quiero a mi hermano de color. Juro que ni bien termine esta última semana del cuatrimestre me abocaré a recuperar a mis hermanos. Debo comenzar a ser autor del diseño del tiempo de nuestra relación. No puede ser. No puede ser. Es que es tan linda, no me cabe pasar demasiado tiempo sin verla. Y es ahí donde permito que se genere este trato injusto. Y es ahí donde la puteo por adentro. Sus mundos son respetados porque ella los hace respetar. Mis mundos no son respetados porque yo me cago en mis mundos con tal de verla. Pero ahora que entiendo que este comportamiento es la fuente de mis ambustias puedo actuar tranquilo, con cierta dificultad, pero con la certeza de que estoy haciendo algo para mejorar nuestra relación y mi relación con mis mundos. Que bueno che, que bueno es pensar y pensarse a uno mismo.

basta de este lento suicidio.

Muchas veces pasé días sin fumar y estuvo todo bien. Pero fue cuestión de tomar la decisión de dejar para que este fakin síndrome de abstinencia se apoderara de mí. Recién voy un día y ya estoy que me quiero fumar hasta la almohada.
Hoy no fumé ni un pucho.
En un momento pasé por el quiosquito de la estación, ese en el que venden los Philip sueltos. En ningún lado venden Philip sueltos. Los sueltos suelen ser Le Mans, Derbi o Peores. A lo sumo lo mejorcito que se encuentra es un Viceroy. Pero el buena onda del quiosquito este accedió a venderme Philip desde el día en el que le desprecié un Ritchmond(no da fumar papel madera).
Pero bueno, pasé por el quiosco de la estación y casi sucumbo a la tentación. Uno solito- pensaba y me autoengañaba. Pero logré pasar de largo. Y la sensación fue muy buena. Parecida a la que me da cuando como pescado. Siento que mi cuerpo y yo somos amigos de nuevo.
Pero bueno. La cosa es que esta vez voy a dejar el puchi. Soy realmente un pelotudo. Chispita me lo dijo el otro día, y tiene razón. Varias veces me pasó de pegarme un saque de puff para poder disfrutar del pucho que se venía. Asma y pucho no son cosas compatibles. Tendré que vivir así, sabiendo que uno de los placeres mas grandes que este mundo nos ofrece me está vedado. Chau pucho y, espero, chau asma. Quiero acabar con eso. Quiero dominarlo. quiero hacer un tratamiento para poder abandonar ese pequeño yunquecito que llevo siempre en el bolsillo. Ese, el de ruidito simpático, el que suena tipo "puff".

Yo te quiero, nos queremos, no queres que andemos?

Este feriado último estuve feliz como hacia rato que no estaba. La cagada es que no existen palabras para referirme a esta hermosa sensación en el pecho. Así que no voy a escribir mucho. Creo que estoy en las puertas de enamorarme, y lo loco es que creo que ella también. Y yo que ya pensaba que eso no existía. Ya nos queremos y lo sabemos mutuamente. Ya nos encontramos los lugarcitos de placer, y todo. Es linda así la vida, eh.

Laurita querida

En mis años de terapia solo tuve dos momentos de crisis grosa con respecto a Laura (mi psico).
Uno fue aquel día en el que, terminada la sesión, me pare del diván y le vi la enorme panza de embarazada. Me re jodió no haberme dado cuenta antes. Y me re jodió que ella no lo mencionara. Ya se que la onda ahí es hablar de mí. Pero no da que ella tenga semejante buzardota y yo me ande quejoteando con mis angustias masoquistas. Además ahí fue cuando mas me di cuenta de que ella sabe mucho de mi pero yo no se nada de ella.
La otra crisis fue aquel día en que me enteré de que vivía en un country. Así nomás, porque si, se despachó a hablar de ella (cosa que nunca) y de su perro labrador, y de como Pilar está lleno de labradores. Entonces ahí asocié un par de elementos y le pregunté: "Laura...vos...vivís en un cantri?!?! CHÁN!!!". Y así de lo mas oronda me respondió medio compadritamente: "si, por?". Cómo una psicóloga te va a responder "si, por" compadritamente. Pero además es re loco. Ella la va de progre. Siempre estamos de acuerdo en bocha de cosas. Uno de alguien que vive en un cantry espera que se queje de los piketeros, pero aquel día en que llego tarde por el corte de ruta ni se quejó, y eso que hablamos del tema.
No se. Es rarita la mina. Pero es una masa. La quiero un montón. Mi psicóloga con voz de locutora.

En el rincón inferior izquierdo de mi placard hay, desde hace unas semanas, una montañita de tierra que sospecho que debe ser producto de una obra arquitectónica de las pacientes hormiguitas. Pero me da cada vez más miedo. Porque en realidad nunca vi entrar ni salir ninguna hormiga. Ni siquiera vi una merodeando por zonas aledañas. Pensé durante un tiempo que tal vez se trataría de un hormiguero abandonado, pero empecé a notar que la montañita crecía. Y las hormiguitas siguen sin darse a conocer.
Pero lo mas feo es que desde hace unos días, cuando estoy en silencio en mi cuarto, se escuchan los pedacitos de tierra rodando hasta el piso, como si hubiese pequeñas avalanchas o desprendimientos de la montaña. No se que será, pero tengo un miedo similar al del cuervo de Poe. Y así como leyendo el cuento de Poe me preguntaba "por que no le pegará un gomerazo al puto cuervo?", ahora pienso: “por que no tiro veneno y a la mierda?” si, mañana tiro veneno. Mira que cosa, hay tierra que da miedo. Primera vez que lo escucho.

"Frances the mute", The Mars Volta.

todo empieza a un volumen muy bajito, entonces uno agarra y sube el equipo. pero derepente esas super guitarras de omar, que a pesar de estar tocando mejor nunca ha perdido el punky que lleva adentro, empiezan a sonar estridentes y ruidosas, como de costumbre. y todo explota re jodido. pero lo dejé asi. porque estoy seguro de que pusieron ese puchito bajo para que después te explote el equipo.
y despues viene un cúmulo de locura que no se puede ni explicar.
pero bueno, ya le pegué una escuchadita fresco. ahora lo guardo para el findesemana y lo escucho loco y borracho.
alto disco. disco destructivo como pocos.

La Chiqui

Como se puede querer tanto a un profesor?
Es que la Chiqui tiene esa forma de enseñar en la que sentís que cada palabra es un regalo que le nace desde lo más profundo. Además su pedagogía es totalmente física. Claro, ella viene del teatro. Hasta para explicar la cosa mas teórica mueve todo su cuerpo, su hermoso y gordito cuerpo, y hace que muevas el tuyo. Hace que te pares, te muevas y entiendas las ideas con el cuerpo.
La Chiqui me quitó de encima todo tipo de perorata autolimitante. Me liberó de las vergüenzas sobre mi mismo y sobre mis costados oscuros. Me hizo notar que ahí esta la verdadera obra de arte. En lo que más vergüenza me provoca. Me enseñó que los grandes actores trabajan así. Ser buen actor no es estar seguro con el lugar de actor sino más bien todo lo contrario. Las buenas actuaciones nacen de esa autovergüenza, de ese pudor que da el propio cuerpo y la propia voz. A partir de ahí descubrí el método casi infalible de poner a mis actores incómodos. De darles tareas que no puedan resolver.Pero además la Chiqui tiene una forma de hacerte pensar en la que el recorrido del pensamiento recorre el mundo y vuelve a su punto de partida. La Chiqui me enseñó la importancia de las relaciones entre las ideas, más allá de las ideas en si. Te quiero Chiqui. Mi profe preferida

hoy fumé con mi vieja.
creo que es la primera vez que la veo.

Lo primero es ese hilo de voz. Esa suerte de murmullo mágico con inflexiones de hada, con timbre de magia, que regala sentencias firmes y giros divertidos. Y sobre todo me regala risas y sonidos pequeños e inclasificables. Soniditos de alegría y capricho, de satisfacción insatisfecha, de querer siempre más.
Veo tu cuerpo con los ojos de mis manos. Te reconstruyo en lo oscuro. Te recopilo entre inspiración y exhalación. Veo con mis manos tu paseo infinito, tu ir y venir de sirena inquieta, tu gesto involuntario, encantador y extraño, tu boca inquieta y ansiosa. Veo con mis labios tu superficie suave, tu desierto de inocencia profanada por este hombre díscolo y desprolijo, por sus ásperas manos y su cutis barbado. Mi tacto torpe tropieza. Tropieza con tu magia y se entiende con ella. Este torpe tacto que poseo encuentra su campo, su hogar, en tu superficie. Acudo a tu beso como si fuera el último. Acudo a tu boca, la más rica boca, la más extraña y mía. Tu boca me empapa, me aureola, se hinchan nuestros labios. Se ponen rojos de contentos. Se lastiman como se lastima un niño de tanto vivir, de vivir tan fuerte, de rozar en juegos sus rodillas contra el piso, y de correr cortando el aire. Esos besos lastiman nuestros labios de un modo delicioso.
Hermosa. Sos hermosa. Sos magia y libertad, sos arco iris y aurora boreal. Tenés el encanto de la naturaleza.
Me encanta penetrarte, conocerte en ese mundo jadeante y presuroso. Me encanta reconocerte después de tanto tiempo. Me encanta reconocer en tu voz que estoy en casa, que llegué después de mucho tiempo. Me encanta encantarte, ser autor de trucos de magia sin trastienda. Me encanta el efecto hipnótico de nuestra charla. Me encantan tus grandes verdades derramadas por accidente. Tenés razón, estoy perdido desde hace mucho tiempo. Hice de mi extravío un lugar seguro. Pero tu certeza, tu disparo certero, tu sentencia firme, me obliga a saltar al abismo. Quiero caer de a poco. Espero que en el fondo no haya solo piso. Espero que en el fondo haya algo más que un final triste. Tal vez estés ahí, esperándome, desde hace mucho tiempo. Como sabias tanto de mi?. Es que soy transparente para vos? O ya me conocías de antes? Espero que en el fondo estés vos con un beso a flor de labios.

Decidí que basta de llorar. Por un tiempo no voy a postear cosas tristes. Lo triste me lo voy a guardar. El próximo post tiene que ser algo divertido o interesante, pero no triste. Ta clarito? bueno. Mejor así. Me podrí.

Stéphanie

Stéphanie
no hay dolor mas atroz que ser feliz
decias anoche
ouve-me por favor, bésame aqui
Stéphanie, sé que tu corazón fala de mim
eso es dolor, Stéphanie.

Stéphanie
yo ayer estaba solo y hoy también
pero en mi cama
ha quedado el perfume de tu piel
te veo salir, correr por el pasillo del hotel
la vida es cruel, Stéphanie.

Stéphanie
hay una sombra oscura tras de ti
de tu ternura
recuerdo la mirada azul turquí
los pies calientes, tus palabras de amor en portugués
pero no a ti, Stéphanie.

Stéphanie
hazme saber si va a sobrevivir
entre la gente, el color de tu pelo, Stéphanie
debes vivir
la soledad que sales a vender
sé más mujer, Stéphanie.

Stéphanie
yo tampoco te quiero, mas tu amor
por el dinero, ha olvidado al obrero y al señor
esta canción
que pregunta por ti, que no ha dormido
es puro olvido, Stéphanie.


Esta es una cancion que el maistro Don Alfredo Zitarrosa le escribió a una prostituta de la que se enamoró en una gira por Brazil. Lindo lindo. Cómo la quiere. Cómo la quiso.