viernes, julio 01, 2005

A veces es difícil sobreponerse a ese dedito autoacusador. Porque por un lado uno se convence de un montón de cosas, adopta posturas y considera positivas esas transformaciones que se van suscitando en la cabeza. A mi me pasa que se me arma una especie de resentimiento, una especie de ideología afectiva. Digo afectiva porque traspasa la esfera del pensamiento y se transforma en emoción. Pero en seguida aparece este dedito del que hablo. "quien sos vos, pebete, para andar opinando sobre realidades que te son tan ajenas". Realmente la gente progre-intelectual reivindicamos cosas en nombre de gente o de realidades que no conocemos. Y ahí aparecen estos dos roles: el progre que reivindica, y el progre que enrostra la ignorancia de esa reivindicación. Entonces nos quedamos sin ningún lugar desde el que empezar a ayudar.
Me di cuenta de esto charlando con mi hermosa chispita. Ella me contaba una experiencia que tuvo acompañando a unos amigos que hacían un documental sobre gente de la villa Itatí. Ella charlaba con uno de los hijos de la familia entrevistada, que tenia en su torso 4 heridas de bala. Y en un momento le preguntó si no temía por su vida, si no temía por la vida de los demás, si no tenia miedo de morirse o de perder su vida en el encierro, a lo que el pibe respondió: "no, si mi vida no vale nada."
Entonces ahí se me vino a la cabeza un chiste de Liniers de su tira macanudo y me surgió este enfrentamiento de los dos roles progre. Por un lado pensaba: "claro, por ahí es mas importante darle un abrazo que 20 centavos para comida" y a esto me respondía:"pero boludito, el tipo de la tira lo que necesita es comer, no un abrazo". Y mi conclusión es que este enfrentamiento, este deseo de claridad del progre, este constante cuestionamiento de lo que se piensa (pero no en nombre de la verdad sino mas bien para ver quien esta mejor parado ideológicamente, es decir: quien es el progre mas bueno), todo esto lo único que logra es paralizar el impulso solidario y llevar al pensamiento una cosa emocional que es querer ver bien a la gente que te rodea. Darle plata al tipo que pide sin mirarlo a la cara es un trato mucho menos humanizante que no darle nada y mirarlo bien a los ojos. Eso es lo que pasa, como te vas a sentir un ser humano valioso si nadie te mira a los ojos, si nadie agarra con la mano la tarjetita que entregás?. Cómo te vas a sentir un ser humano valioso si tus hijos se mueren por boludeces, y tu rancho cuela frío por todos lados?. Entonces si, ahí si, te machacan con eso, con que sos un ser de segunda que merece dormir a la intemperie, y entonces vos te terminas convenciendo de eso y aceptas que tu vida no vale nada. Y si aceptas que tu vida no vale nada entonces nada vale la vida de nadie, y ahí es cuando salís, robás, matás y finalmente te morís.
Pero luego de decir esto seguramente el progre enrostrador volverá con la cantinela de que antes de abrazar al pobre hay que darle de comer, y así seguiremos sin hacer ni una cosa ni la otra. Asi es como seguiremos opinando sobre los pobres en una mesita de café tomando una riquisima cerveza fresquita con amigos, compitiendo a ver quien es mas progre, mas bueno y con mas consciencia social.
No estoy diciendo nada nuevo, ya lo se. Además estoy mezclando dos ideas en un solo sambuche, pero bueno. Que se yo. Ahí pongo la tira de Liniers para que entiendan un poco mas de que hablo.
saludos.

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