sábado, octubre 28, 2006

Entonces uno se detiene media milésima de segundo antes de abrir la boca y le pega otra pensada a eso que va a decir.
Porque existe entre nosotros muchísimo miedo. Un miedo de mierda, un miedo esclavizante. Y existe el otro lado de ese miedo que es la actitud en el mejor de los casos pedagógica y en el peor pendenciera respecto del otro y de su existencia material en este mundo y de sus hábitos y de sus cosas que dice y de todo.
Nadie es nadie para enseñar nada a nadie.
Todo aquel que diga o crea o se anime a sentir que la tiene clara en algo que se vaya a la remilputamadre que lo parió por el orto.
Nadie sabe nada. Todos somos boludos torpes y amargados. Y eso es así, no hay escapatoria.
Me declaro en guerra contra tenerla clara. Soy un militante de la oscuridad y de lo inadecuado. De lo feo y torpe y grasa y que te da vergüenza ajena.

4 comentarios:

Jaramillion dijo...

Un militante de lo grasa... ¿algo así como Guido Süller? ¿O como Aníbal Fernández?

ChamameSoldier dijo...

el mundo esta hecho de luces y sombras. entonces, la claridad excesiva es como la ceguera provocado por el sol.
iluminati=castrati

atomÖ dijo...

jeje. La picancia... the picance...

Anónimo dijo...

y sabés que somos tambien? aburridos.
Y simples.
Todos queremos y necesitamos las mismas cosas, más allá de cómo lo digamos, más allá de todo.

Hay veces en que el día a día me parece algo tan estúpido e inutil que no le encuentro sentido a vivir en sí.
Es todo siempre igual.Y nada sorprende demasiado.

Y me fuí al cuerno,pero bueh....es Lunes.