martes, marzo 21, 2006

El carnicero.

Ese carnicero tiene medias reses humanas en su heladera. Hay de todo, niños, viejas, morcilla de cura y chorizo de monja, concha de puta y de virgen (que sirven para hacer caldos, muy distintos entre sí, por supuesto). Tiene también un chino gordo, muy gordo, cuya carne parece ser muy sabrosa. Guarda algunos mogólicos, que compra generalmente la gente que tiene perritos en casa, o los que están medio mal de plata.
Hace milanesas de Cabrera. Cabrera era un buen tipo del barrio. Uno de esos barbudos que deciden prescindir de esa rara convención que es el techo. El problema con esas milanesas es que Cabrera en vida era un tipo medio sucio. Por eso me dan un poco de asco. Ahora que lo pienso las milanesas de Cabrera son de Cabrera desde hace como siete años. Yo creo que ya no le deben quedar de Cabrera, pero ese es el nombre que les da a las hechas con otros barbudos destechados.
Ese carnicero es un tipo raro, me parece. Quisiera ser él por un instante. Quisiera ser él para poder meter a algunos en mi heladera. Yo que estoy de este lado del mostrador no me animo a hacer ciertas cosas. Pero dame un día en la carnicería y sabes la de ganas que me saco. Pero no se lo cuenten a nadie, eh. No vaya a ser que mis amigos me digan facho. Porque eso sería lo peor que me podría pasar. Peor aún que pasar a formar parte del stock de ese carnicero.

2 comentarios:

Tricula dijo...

Y si te dicen facho, metelos en la heladera y vendé 'hamburguesas del facha', y listo!

atomÖ dijo...

Je je. Hamburguesas del facha, con verdadero sabor a garca.