jueves, febrero 16, 2006

Me gusta cuando encallas, porque estás más presente. Me gusta cuando encallas en una saliente de rocosas ideas. Me gusta cuando las rocosas ideas se erosionan y estoy ahí para esperar a que el viento del tiempo las desaparezca. Me gusta cuando encallas, porque estás más presente. Me gusta tu duda, me gusta la duda dura. La firme duda manifiesta. Me gusta cuando encallas, porque estás más presente. Me gustas presente, me gustas cuando no eres más que presencia. Me gustan tus pisadas que dejan huellas profundas. Me gustan tus pisadas destructoras de flores. Me gustan los restos, los pétalos ensangrentados. Me gusta la flor desgarrada, la sangre en la arena que dejan tus pisadas. Rojo arena. Arena roja. Me gusta cuando encallas en un cementerio de flores. Cementerio de flores con personas muertas en pequeños canteros. Me gusta cuando encallas, porque estás más presente.
Me gustas, pensamiento. Me gusta tu cintura, tu curvo laberinto. Me gusta tu rostro seductor eternamente inacabado. Me gusta la mitad de vos que veo en las penumbras. Me gusta la otra mitad que las penumbras ocultan. Me gustas, pensamiento. Me gusta cuando encallas, porque estás más presente.

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