domingo, agosto 28, 2005

desde hace un tiempo que quiero creer en cosas nuevas. quiero que me gusten cosas nuevas. llega un punto en el que uno se aburre de sus hábitos, de sus gustos, de sus opiniones. en pocas palabras hay momentos en los que uno se aburre de uno mismo. bah, por lo menos eso me pasa a mí. la comodidad de conocerme demasiado se me hace insoportable. pero desde que la conocí que vengo descubriendo nuevos mundos y nuevos yo. nunca nadie me dio algo tan preciado como eso. mi consabido impulso de esquematizar el mundo y la vida y el funcionamiento de las cosas queda invalidado frente a sus reacciones imprevistas. ella me regala eso que tanto valoro. me regala la sorpresa, la posibilidad de asombrarme. la quiero justamente porque está loquisima con una locura que me inquieta, es decir, me sacude la quietud.
ella no para de moverse ni un segundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si no sos fan de calamaro probá con el salmón (el quintuple, obvio).
te copa
seguro