lunes, julio 10, 2006

Estamos muertos - dice el gordito intentando explicar la extraña sensación.
Luego agita su cabeza y dispara repentinamente un grito de mujer asustada.
El gordito es, en realidad, un eunuco funcional.
Luego de terminar de gritar agrega llorando - Estamos muertos, disculpame. Nos maté -.
El gordito me rompe las pelotas. Yo ya lo tenía visto. Merodeaba por la vereda todas las tardes a la hora en que, imagino, salía del trabajo.
Yo lo veía pasar. Cuando no estay con ningun cliente me preparo un matecito con chúquer y me siento frente a la ventana con la persiana entornada y espío.
Y el gordito pasaba dos y a veces tres veces por la puerta.
Hasta que hoy, tocó el timbre.
Le abrí, le expliqué el arreglo, y nos dirigimos a la mesa de masajes.
Al principio me contaba cómo habia llegado hasta mi. después empezó con que nunca había estado con una mujer, y que se yo que más. Mi conclusión es esa: Es un eunuco funcional. La tiene pero no la usa. No la usó nunca.
Cogimos. Mal, horrible, la verdad.
- Es que sentí como un vértigo en el estómago. Me sentí muerto- dice el gordito.
- No, bebe, no es nada. Acabaste lindo, nada más.-
Ahora ya se vistió y lo acompaño a la puerta. Se despide de mí con la mirada fija en un rulo de la alfombra.
Disculpame - dice el gordito, da media vuelta, y abandona mi morada.
Chau gordito - Pienso.
Después pienso que por ahí nunca más se convence de que no se murió. Pobre gordito. Ahora, que idea rara de la muerte que tiene el gordito, no?

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