miércoles, junio 24, 2009

Como todo, como absolutamente todo lo que es o podría ser, las relaciones humanas tienden también a la entropía. Los lazos débiles entre seres humanos se diluyen, dando lugar a la nada, o a ese todo desorganizado que es el cosmos.

Con dolor reconozco que las personas que importaban ayer, dejarán de importar mañana. Lo afirmo, lo he vivido, lo se. Las relaciones entre las personas cambian. Y, en la mayoría de los casos, esos cambios llevan a la extinción. Allí donde había una relación, de repente ya no la hay. Si uno observa con cuidado puede encontrar el instante preciso en el que ese cambio irreversible se da. O, quizas, mejor dicho, uno puede reconocer el momento final, el remate, el disparo hacia abajo que las cosas le han dado a esa relación que agonizaba en el piso. Lo único que se puede intentar, en esos casos, es que muera sin dolor, como un perrito enfermo al que se le suministra una pichicata de la muerte.
Ojo, hay casos raros que desafían estas leyes naturales. Son relaciones que se transforman, que mutan, que sobreviven. O no, no solo sobreviven, ahí está el yeite, en que no es que solo sobreviven, sino que, además, viven. Entonces tal vez ahí puede haber alguna idea más o menos sólida: las relaciones que luchan por sobrevivir, terminan muriendo. Las relaciones que viven, que no se preocupan por su propia muerte, no mueren nunca. O, bueno, por ahí lo que pasa es que son muchas relaciones que nacen y mueren constantemente, pero son siempre las mismas personas las que las mantienen. No se.

5 comentarios:

dholo dijo...

gran post.
"Las relaciones que viven, que no se preocupan por su propia muerte, no mueren nunca."
magnífico.

Kaki dijo...

voy a dar mi humilde opinion:
las relaciones que mueren son las que tenian una base un poco inestable, o sea que no estaban fundadas en algo muy real, como son las relaciones circunstaciales.
las que perduran, estan fundadas en algo fuerte, que puede trangredir las fronteras y las cotidianeidades.
digo, no se

lachubasca dijo...

Llega el momento (me llegó el momento) de considerar absurdas las relaciones que requieren trabajo para mantenerse en pie. Entonces se las deja desaparecer y resulta que se disuelven con menos gasto energético del esperado. Y queda lo real, eso que no requiere trabajo alguno para ser...lo demás es pura espuma, vuela y desaparece a la primera de cambio...y no deja nada más que un charquito que se evapora muy rápido...y no deja nada. Y están las relaciones con olor a nuevo y futuro, como la que me une a usté, cuñalino.

Blondie dijo...

una genialidad este post.
bah usted un genio.

atomÖ dijo...

Dholo, gracias.

Kaki, sus aportes son siempre reconfortantes.

Cuñalina, ailoviu!

Blondie, aunque le agradezco el elogio, no quisiera ser un genio. Me parece que es mucho laburo.