El viejo mata segundos, mata minutos, horas, y mata días. También mata meses, años.
El viejo fuma y toma mate. Se aferra a las succiones que lo resguardan del entorno hostil. Nadie lo jode, salvo por el frío. El viejo mata minutos, horas, mata días. O son los días y los minutos quienes lo matan a él, y la esquina con olor a mierda es su ataúd.
Ahora el viejo duerme la siesta en su ataúd. Hay sol y el viejo no succiona.
Uff, lo imaginé tan vívidamente que hasta pude sentir el olor a putrefacción...
ResponderBorrarme gustó.
ResponderBorrarmucho.
es lindo que te digan cosas. gracias.
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